¿Cuál es el peso ideal en la vejez? Esta es una pregunta frecuente entre personas mayores y sus familias, especialmente cuando surgen dudas sobre alimentación, movilidad o cambios físicos. Aunque no existe un peso único para todos, conocer los valores de referencia y entender qué significa estar “en equilibrio” puede marcar la diferencia en el bienestar general.
En este artículo, explicamos cómo calcular el peso ideal en adultos mayores, qué factores deben considerarse y cómo mantener una salud física y emocional duradera, sin caer en estereotipos ni expectativas poco realistas.
¿Cuál es el peso ideal en la vejez? Esta es una pregunta frecuente entre personas mayores y sus familias, especialmente cuando surgen dudas sobre alimentación, movilidad o cambios físicos. Aunque no existe un peso único para todos, conocer los valores de referencia y entender qué significa estar “en equilibrio” puede marcar la diferencia en el bienestar general.
En este artículo, explicamos cómo calcular el peso ideal en adultos mayores, qué factores deben considerarse y cómo mantener una salud física y emocional duradera, sin caer en estereotipos ni expectativas poco realistas.
El peso ideal es aquel que permite a una persona mantenerse funcional, activa y con buena calidad de vida. En adultos mayores, este concepto se adapta a la realidad del envejecimiento, donde factores como la pérdida de masa muscular o los cambios hormonales son naturales.
El objetivo no es alcanzar un peso estético, sino asegurar que el cuerpo cuente con fuerza suficiente, buen nivel nutricional y estabilidad funcional. Es fundamental no caer en comparaciones ni imponer estándares ajenos: cada cuerpo es distinto y envejece a su ritmo.
Una herramienta frecuente es el IMC, que se calcula dividiendo el peso (kg) entre la altura (m²). Según la OMS:
Importante: en personas mayores, un IMC ligeramente más alto puede ser protector. Estudios indican que un IMC entre 24 y 29 puede asociarse con mayor supervivencia y funcionalidad.
No. El IMC no tiene en cuenta la distribución de grasa o la masa muscular. Por eso, se recomienda complementar este dato con una valoración médica que incluya análisis nutricional, fuerza, movilidad y composición corporal.
Algunas personas tienen tendencia a retener grasa o perder músculo con más facilidad. Otros padecimientos como la diabetes o la artrosis también pueden modificar el peso sin reflejar directamente el estado de salud.
A partir de los 60 años, se produce una ralentización del metabolismo y una pérdida progresiva de masa magra. Esto puede hacer que el cuerpo pese menos, pero también que esté más débil si no se acompaña de buena alimentación y actividad física.
Una dieta baja en proteínas, el sedentarismo o incluso el aislamiento social pueden influir negativamente en el peso y en la salud general.
Una dieta equilibrada debe incluir:
Además, es importante comer con placer y en compañía, siempre que sea posible, para fomentar el apetito y el bienestar emocional.
Caminar, nadar, hacer ejercicios de fuerza adaptados o practicar yoga suave puede ayudar a mantener el peso, fortalecer el cuerpo y mejorar el ánimo. Lo ideal es sumar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado.
El estrés, la ansiedad o la depresión pueden afectar el apetito y provocar cambios de peso. Acompañar, escuchar y respetar los tiempos de cada persona es clave para lograr un bienestar real y duradero.
Las calculadoras online pueden ser una guía orientativa, pero nunca sustituyen una valoración médica completa.
Un médico o nutricionista especializado en personas mayores puede ayudarte a:
En senniors, sabemos que la salud va más allá del peso. Te ayudamos a encontrar el equilibrio adecuado para ti, sin juicios ni comparaciones, con un acompañamiento profesional y humano.
Nuestro equipo puede orientarte en alimentación, movilidad, rehabilitación y bienestar emocional. Si necesitas apoyo para ti o un ser querido, estamos aquí para ayudarte a vivir con más salud, más autonomía y más calidad de vida.