Escuchar es una parte esencial de nuestra vida diaria. Nos conecta con el entorno, con las personas que queremos y con nuestras actividades cotidianas. Cuidar la salud auditiva es, por tanto, una manera de cuidar también el bienestar emocional, la autonomía y la calidad de vida.
A medida que pasan los años, pueden producirse cambios naturales en la audición. Sin embargo, estos no deben asumirse como una “consecuencia inevitable”, ni mucho menos dejarse sin abordar. Con un diagnóstico precoz, tecnologías auditivas y hábitos preventivos, es posible seguir disfrutando de una vida activa y comunicada.
Escuchar es una parte esencial de nuestra vida diaria. Nos conecta con el entorno, con las personas que queremos y con nuestras actividades cotidianas. Cuidar la salud auditiva es, por tanto, una manera de cuidar también el bienestar emocional, la autonomía y la calidad de vida.
A medida que pasan los años, pueden producirse cambios naturales en la audición. Sin embargo, estos no deben asumirse como una “consecuencia inevitable”, ni mucho menos dejarse sin abordar. Con un diagnóstico precoz, tecnologías auditivas y hábitos preventivos, es posible seguir disfrutando de una vida activa y comunicada.
La pérdida de audición es una disminución de la capacidad para oír sonidos. Puede ser leve, moderada, severa o profunda, y puede afectar a uno o ambos oídos. En muchos casos, las personas con pérdida auditiva pueden seguir comunicándose eficazmente si reciben la atención adecuada.
Cuando esa pérdida supera los 35 decibelios (dB) en el oído con mejor audición, se considera una pérdida auditiva discapacitante. La sordera, en cambio, se refiere a una pérdida profunda, con escasa o nula capacidad auditiva, incluso con ayudas técnicas.
Según la OMS:
En España, aunque los datos no están actualizados, se calcula que más de un millón de personas tienen sordera, y millones más presentan pérdidas auditivas de distinto grado.
La edad es uno de los principales factores asociados:
Pero lo más importante: casi la mitad de los casos pueden prevenirse o tratarse eficazmente si se detectan a tiempo.
Una pérdida de audición no tratada puede afectar a múltiples niveles:
Detectarla a tiempo y actuar puede prevenir estas consecuencias y mantener la calidad de vida.
La pérdida auditiva no siempre es evitable, pero muchas de sus causas sí lo son. Algunas recomendaciones preventivas:
La prevención no es solo responsabilidad individual: también debe integrarse en políticas públicas y en los sistemas de salud.
¿Cómo se trata la pérdida auditiva?
Aunque no tiene “cura”, la pérdida auditiva puede abordarse con éxito mediante soluciones adaptadas a cada caso. Entre ellas:
Pequeños dispositivos que amplifican el sonido y permiten recuperar la capacidad auditiva. Son cada vez más discretos, cómodos y personalizados. Sin embargo, solo el 17% de quienes los necesitan los usan, muchas veces por falta de información o prejuicios.
Recomendados en casos de pérdida auditiva profunda cuando los audífonos no son suficientes. Requieren evaluación especializada, pero pueden suponer un gran avance en la audición.
En algunos casos puede ser útil complementar con:
Ante cualquiera de estos signos, lo más recomendable es consultar con un especialista en audición (otorrino o audioprotesista).
Comunicación y acompañamiento respetuoso
En Senniors entendemos que la pérdida auditiva no define a una persona ni limita su potencial. Por eso, trabajamos desde un enfoque respetuoso y centrado en la autonomía.
Recomendaciones para acompañar a alguien con pérdida auditiva:
Escuchar bien no es solo una cuestión sensorial: es una vía para mantener la conexión social, emocional y afectiva. Por eso, en Senniors te ayudamos a detectar, prevenir y tratar la pérdida auditiva con acompañamiento profesional, material médico especializado y soluciones a medida para cada necesidad.
Porque cada conversación, cada música y cada palabra cuenta.