La disfagia en personas mayores, o dificultad para tragar, es un trastorno común pero muchas veces subestimado. Con el envejecimiento, los cambios en el sistema digestivo pueden dificultar la deglución segura, comprometiendo la nutrición y aumentando el riesgo de complicaciones como la neumonía por aspiración. En este artículo exploramos qué es la disfagia, cuáles son sus síntomas y qué soluciones existen para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
La disfagia en personas mayores, o dificultad para tragar, es un trastorno común pero muchas veces subestimado. Con el envejecimiento, los cambios en el sistema digestivo pueden dificultar la deglución segura, comprometiendo la nutrición y aumentando el riesgo de complicaciones como la neumonía por aspiración. En este artículo exploramos qué es la disfagia, cuáles son sus síntomas y qué soluciones existen para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
La disfagia se define como la dificultad para tragar alimentos, líquidos o saliva. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más prevalente en la tercera edad: entre el 15% y el 22% de los mayores que viven en la comunidad la sufren, y hasta un 50% en residencias o en pacientes con enfermedades neurológicas.
Reconocerla y tratarla es vital, ya que la disfagia puede causar desnutrición, deshidratación y problemas respiratorios que afectan tanto la salud física como el bienestar emocional.
El envejecimiento provoca alteraciones en el sistema de deglución:
Estos cambios hacen que tragar sea menos eficiente, aumentando el riesgo de atragantamiento y aspiración.
Además del envejecimiento natural, influyen otros factores:
La identificación temprana permite aplicar cambios en la dieta o terapias de rehabilitación para prevenir complicaciones.
Estos signos pueden confundirse con otros problemas de la edad, por lo que familiares y cuidadores deben estar atentos y buscar valoración médica.
El diagnóstico requiere un enfoque multidisciplinario (médicos, logopedas, nutricionistas).
Además de lo físico, es clave considerar el impacto emocional y social de la disfagia, ya que puede provocar ansiedad, aislamiento y pérdida de disfrute en las comidas.
Un nutricionista puede diseñar planes que eviten la desnutrición y la deshidratación.
La logopedia especializada es fundamental. Incluye:
Prevención y cuidados diarios
Implicar a familiares y cuidadores en la detección temprana y apoyo en la alimentación.
La disfagia en personas mayores es un problema frecuente y serio, pero con diagnóstico temprano, dieta adaptada, terapias de rehabilitación y cuidados constantes se puede mejorar la seguridad y la calidad de vida.
En Senniors, trabajamos cada día para acompañar a las personas mayores y a sus familias en el manejo de condiciones como la disfagia. Creemos en un cuidado integral que combina atención médica, apoyo emocional y rutinas seguras para que cada persona disfrute de una vida plena y con bienestar.