
El estrés forma parte de la vida en cualquier etapa, pero aprender a gestionarlo de forma adecuada es clave para mantener el equilibrio emocional, físico y mental. En las personas mayores, incorporar técnicas de relajación en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en cómo se vive el día a día.
En Senniors, creemos que el bienestar no depende de la edad, sino de contar con recursos, acompañamiento y hábitos que favorezcan una vida más serena y consciente.

El estrés forma parte de la vida en cualquier etapa, pero aprender a gestionarlo de forma adecuada es clave para mantener el equilibrio emocional, físico y mental. En las personas mayores, incorporar técnicas de relajación en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en cómo se vive el día a día.
En Senniors, creemos que el bienestar no depende de la edad, sino de contar con recursos, acompañamiento y hábitos que favorezcan una vida más serena y consciente.

El estrés prolongado puede afectar tanto al estado de ánimo como al cuerpo. No se trata solo de “sentirse nervioso”, sino de una respuesta fisiológica que, cuando se mantiene en el tiempo, puede tener consecuencias sobre la salud.
Algunas situaciones habituales que pueden generar tensión emocional incluyen:
Reconocer estos factores es el primer paso para abordarlos con herramientas adecuadas.
El estrés mantenido en el tiempo puede influir en:
Por eso, cuidar la salud emocional es tan importante como atender cualquier otra necesidad física.

No es necesario recurrir a métodos complejos para empezar. Existen técnicas accesibles que pueden incorporarse fácilmente al día a día.
La respiración profunda ayuda a calmar el sistema nervioso.
Repetir varias veces genera una sensación inmediata de calma.
La meditación ayuda a enfocar la mente en el momento presente, reduciendo pensamientos repetitivos y preocupaciones.
No se trata de “no pensar en nada”, sino de observar sin juzgar.
La relajación también se trabaja a través del cuerpo.
Moverse de forma tranquila ayuda a soltar tensión acumulada.
Masajes y autocuidado corporal
El contacto físico consciente tiene un potente efecto relajante.
El automasaje en manos, pies o cuello también es una excelente alternativa.
La constancia convierte las técnicas en resultados reales.
Un entorno calmado favorece la desconexión mental.
Es normal encontrar resistencia al cambio.
La relajación no tiene una única forma “correcta”. Cada persona encuentra la suya.
Con una práctica regular se pueden obtener:
Aprender a relajarse no es una habilidad reservada a quienes “saben meditar”. Es una herramienta útil y accesible que se entrena como cualquier otra.
En Senniors, acompañamos para que cada persona mayor pueda integrar hábitos de bienestar emocional, reducir el estrés y aprender a cuidarse desde el respeto, la escucha y la autonomía.