El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, representa uno de los mayores desafíos de salud pública en España y en el mundo. Se estima que más de 120,000 personas en nuestro país experimentan un ictus cada año, siendo esta la segunda causa de muerte y la primera en mujeres. La realidad es alarmante, pero la buena noticia es que muchas de sus consecuencias pueden reducirse con prevención y atención temprana. En este Día Mundial del Ictus, exploramos los factores de riesgo, los síntomas clave y cómo Senniors apoya en la recuperación y el cuidado de quienes lo han sufrido.
El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, representa uno de los mayores desafíos de salud pública en España y en el mundo. Se estima que más de 120,000 personas en nuestro país experimentan un ictus cada año, siendo esta la segunda causa de muerte y la primera en mujeres. La realidad es alarmante, pero la buena noticia es que muchas de sus consecuencias pueden reducirse con prevención y atención temprana. En este Día Mundial del Ictus, exploramos los factores de riesgo, los síntomas clave y cómo Senniors apoya en la recuperación y el cuidado de quienes lo han sufrido.
Un ictus se produce cuando el flujo sanguíneo hacia el cerebro se ve interrumpido, causando un daño que puede ser permanente o reversible. Los dos tipos principales de ictus son:
Entre los factores de riesgo, se destacan la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes y un estilo de vida sedentario. Llevar un control médico regular y adoptar hábitos de vida saludables son aspectos esenciales para reducir el riesgo de sufrir un ictus.
El tiempo es crítico cuando se trata de un ictus; actuar rápidamente puede marcar la diferencia. Reconocer los síntomas y actuar con rapidez es fundamental para mejorar las posibilidades de recuperación. Algunas señales de alerta que debemos tener presentes son:
Ante cualquiera de estos síntomas, la recomendación es clara: llamar al servicio de emergencias de inmediato. Cada minuto cuenta para evitar daños cerebrales permanentes.
La prevención comienza con un estilo de vida saludable y chequeos médicos regulares. Algunas prácticas recomendadas incluyen:
Además, tener conciencia sobre el estrés y cuidar la salud mental también son aspectos importantes para una salud integral que reduzca el riesgo de ictus.
En Senniors, estamos comprometidos con el cuidado y el apoyo a quienes han sufrido un ictus y sus familias. La recuperación puede ser un proceso largo y desafiante, pero nuestro equipo especializado está aquí para brindar asistencia personalizada y profesional en cada paso del camino. Sabemos que el ictus no solo afecta físicamente a la persona, sino también su bienestar emocional y social, y trabajamos para mejorar su calidad de vida con un enfoque integral y humano.
Nuestros cuidadores y terapeutas especializados ofrecen:
El ictus no solo afecta a la persona que lo sufre, sino también a su círculo familiar. Los seres queridos pueden desempeñar un papel crucial en la recuperación, brindando apoyo emocional y ayudando a la persona afectada a mantener una actitud positiva y proactiva.
Es importante que la familia esté atenta a los signos de recaída y que colaboren con los profesionales de la salud para crear un ambiente de recuperación seguro y motivador. La empatía y el acompañamiento constante son fundamentales para que el proceso de rehabilitación sea lo más efectivo posible.