Enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, artrosis, etc. limitan la capacidad para desenvolverse en las rutinas cotidianas, ya sea por problemas de movilidad, memoria u otros, limitando la autonomía.
Cuando pensamos en adultos mayores y personas con dependencia que necesitan cuidados en el hogar, podemos caer en la creencia de que necesitan ayuda para todo: comer, vestirse, asearse…
¿Cómo podrían hacerlo sin ayuda?
Lo cierto es que estar en una situación de dependencia no tiene por qué implicar una pérdida total de la autonomía. Incluso con movilidad reducida o patologías físicas o mentales, es posible que una persona pueda realizar varias tareas de la vida cotidiana sin la participación de sus cuidadores.
¿Cómo?
Ayudándose de lo que llamamos artículos de apoyo para personas mayores o con dependencia, también conocidos como ayudas técnicas.
Enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, artrosis, etc. limitan la capacidad para desenvolverse en las rutinas cotidianas, ya sea por problemas de movilidad, memoria u otros, limitando la autonomía.
Cuando pensamos en adultos mayores y personas con dependencia que necesitan cuidados en el hogar, podemos caer en la creencia de que necesitan ayuda para todo: comer, vestirse, asearse…
¿Cómo podrían hacerlo sin ayuda?
Lo cierto es que estar en una situación de dependencia no tiene por qué implicar una pérdida total de la autonomía. Incluso con movilidad reducida o patologías físicas o mentales, es posible que una persona pueda realizar varias tareas de la vida cotidiana sin la participación de sus cuidadores.
¿Cómo?
Ayudándose de lo que llamamos artículos de apoyo para personas mayores o con dependencia, también conocidos como ayudas técnicas.
Se trata de cualquier producto auxiliar que ayude a una persona a poder alimentarse, vestirse, asearse, tomar su medicación, etc. de una forma autónoma, cómoda y segura.
Estos artículos han sido diseñados pensando en las limitaciones de movilidad, fuerza de agarre, capacidad para deglutir, flexibilidad… que están presentes en los adultos mayores y/o con dependencia.
Su peso, forma y funcionamiento permiten que una persona con menos destreza pueda utilizarlos y llevar a cabo sus rutinas diarias con la máxima facilidad posible.
Contar con estos productos auxiliares para el hogar puede parecer un detalle secundario.
Sin embargo, el cambio que pueden obrar en la calidad de vida de una persona con dependencia es muy grande.
Pensemos esto: ni siquiera a los propios niños les gusta sentirse como tales, sino que desean hacer cosas por sí mismos.
¿Cuánto más no ocurrirá esto con los adultos, incluidos los mayores o quienes tienen dependencia?
A veces creemos erróneamente que estas personas se tienen que conformar con que los demás lo hagan todo por ellos.
Valerse por uno mismo es esencial para construir una autoestima sana y una visión optimista de la vida, ¡da igual que tengamos uno o cien años!
Como verás, hay multitud de productos y aparatos que facilitan, y mucho, que una persona mayor o con dependencia pueda desenvolverse en su vida diaria sin necesidad de ayuda.
Estos artículos prestan ayuda a la hora de cocinar y comer:
Vestirse es un acto en el que todos deseamos tener intimidad. Estos artículos ayudan a ello:
Las personas de edad avanzada suelen tomar varios medicamentos durante el día y pueden confundirse con el orden, cantidad y frecuencia de las tomas.
Para evitarlo y ayudar en otras tareas relacionadas con la medicación, existen artículos de apoyo como:
Nuestra vida diaria está llena de pequeñas acciones que muchos realizamos sin darnos cuenta, pero que pueden ser un reto para una persona con dependencia: recoger algo del suelo, cortar papel, presionar las teclas de un teléfono o incluso escribir.
Estos artículos lo ponen más fácil:
Si has leído alguno de nuestros artículos, sabrás que desde Senniors priorizamos el bienestar de la persona mayor o con dependencia que necesita cuidados en el hogar.
Esto quiere decir que, bajo cualquier circunstancia, hay que tener en cuenta la voluntad, gustos y deseos de la persona a la que cuidamos.
Los cambios en la alimentación, las adaptaciones en el hogar, la introducción de una nueva cuidadora, las rutinas de higiene… siempre deben realizarse teniendo en cuenta que la persona debe estar informada y, en la medida de sus capacidades, conforme.
Todo cambio debe implementarse poco a poco. Aunque las ayudas técnicas son una gran idea, no se trata de llenar la casa de artilugios de un día para otro.
En primer lugar hay que tener muy claras las limitaciones reales de la persona y cómo el artículo que se quiere introducir podría ayudarle.
¿Será de ayuda o quizás entorpecerá más que otra cosa? ¿Creará dependencia? ¿Podríamos ayudar a la persona a ser autónoma en determinada tarea sin la ayuda de este artículo?
Por otro lado, hay que tomar el tiempo necesario, con mucho cariño y paciencia, para que la persona aprenda a usar el artículo, sin dar por sentado que “es de lógica”.
Una vez la persona aprende a usarlos y van formando parte de las rutinas diarias, los artículos de apoyo pueden hacer que el discurrir de la vida cotidiana sea mucho más fácil y agradable tanto para la persona como para sus cuidadores.
¿Conocías la existencia de estos artículos?
Te animamos a que compartas este post con alguien a quien creas que le pueda ser de ayuda.