El tema elegido este año es “Liderazgo y participación de las personas con discapacidad hacia un mundo post-COVID-19 inclusivo, accesible y sostenible”.
y es que parece que la pandemia de la COVID-19 todavía está lejos de ser controlada, especialmente en algunas regiones del mundo donde la vacunación a penas ha podido llegar a un porcentaje mínimo de la población. A medida que los gobiernos y la comunidad internacional continúan luchando contra la pandemia y trazan el rumbo para superar esta etapa, es fundamental la inclusión de la discapacidad en la planificación, el desarrollo y la toma de decisiones en las cuestiones clave de la sociedad.
El tema elegido este año es “Liderazgo y participación de las personas con discapacidad hacia un mundo post-COVID-19 inclusivo, accesible y sostenible”.
y es que parece que la pandemia de la COVID-19 todavía está lejos de ser controlada, especialmente en algunas regiones del mundo donde la vacunación a penas ha podido llegar a un porcentaje mínimo de la población. A medida que los gobiernos y la comunidad internacional continúan luchando contra la pandemia y trazan el rumbo para superar esta etapa, es fundamental la inclusión de la discapacidad en la planificación, el desarrollo y la toma de decisiones en las cuestiones clave de la sociedad.
La discapacidad se puede definir como la disminución de capacidad para realizar una actividad dentro del margen que se considera normal para el ser humano. De este modo, la discapacidad viene determinada por la interacción entre las personas que tienen algún problema de salud y factores personales y ambientales como las barreras arquitectónicas y de transporte, un apoyo social limitado, etc.
En el mundo más de mil millones de personas (el 15% de la población) tienen algún tipo de discapacidad, con una evolución ascendente. Ello se debe, entre otras causas, al incremento de la edad de la población y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas. En este sentido, es destacable que casi todas las personas experimentarán alguna forma de discapacidad –temporal o permanente– en algún momento de su vida.
Existe una necesidad evidente de ampliar los servicios destinados a las personas con discapacidad, especialmente en la atención primaria de salud y las intervenciones de rehabilitación. En el artículo 25 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se reconoce el derecho a gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación. Sin embargo, la realidad es que pocos países prestan servicios adecuados y de calidad a las personas con discapacidad y siempre se puede hacer más.
Por otro lado, es digno de destacarse que durante la pandemia de COVID-19 no se ha incluido la discapacidad en la respuesta al control de la pandemia de forma mayoritaria. Ello dejó a las personas con discapacidad expuestas correr un mayor riesgo de contraer la COVID-19, de cursar la enfermedad con síntomas graves o, incluso, de morir sin recibir una atención adecuada. Además, la salud de las personas con discapacidad fue peor en general, estuvieran o no infectadas por la COVID-19, debido a una peor atención sanitaria.
Este 3 de diciembre y el resto de días del año es necesario que nos involucremos en mejorar las condiciones de las personas con discapacidad, especialmente teniendo en cuenta que:
En Senniors nuestra prioridad es atender a las personas mayores y las personas dependientes y con discapacidad con servicios como la cuidadora interna.